Ubicado en un lugar privilegiado por su vista panorámica tipo postal hacia las avenidas Libertador y Figueroa Alcorta, con grandes espacios verdes en las áreas circundantes, se resolvió, pese a la reducida superficie del terreno, explotar las visuales, ubicando el núcleo circulatorio opuesto a la fachada del lote. Las fachadas abiertas posibilitan la panorámica desde los balcones, que poseen protecciones solares mediante toldos y barandas en forma de “treillage” que hacen de parasoles sin interrumpir la visión.

Realizar una estructura sin vigas permitió elasticidad en la disposición, variantes en las proporciones,  flexibilizando la planta libre en una actitud revolucionaria e innovadora para la época.

En los departamentos, solo el dormitorio principal está definido; el living, comedor y escritorio se integran con las mejores perspectivas hacia el río, inclusive el servicio tiene visuales, cosa poco común para la época.

El vestíbulo de entrada es de gran amplitud, con paredes vidriadas hacia la plaza vecina creando un gran espacio visual generado por el verde del exterior. Paredes revestidas de piedra rústica, espejos y plásticos, cielorraso suspendido de madera, piso de mosaicos graníticos especiales y columnas revestidas con piedra triturada conforman la paleta de materiales utilizados.